Los ataques de pánico son sucesos realmente desagradables que pueden ocurrir en cualquier momento y lugar. La persona que experimenta un ataque de pánico, sufre tal angustia y miedo que puede llegar a pensar que está perdiendo el control o incluso que puede morirse. Por ello, es importante conocer cómo se debe de actuar ante un ataque de pánico.

Las personas que tienen ataques de pánico sufren la aparición repentina de un miedo o malestar intenso que suele alcanzar su máximo en muy pocos minutos. La duración de los ataques de pánico suele variar, pero suelen durar entre 10 y 20 minutos. Durante el tiempo que dura el ataque de pánico, los síntomas que las personas suelen manifestar son los siguientes:

  • Taquicardias
  • Sudoración
  • Espasmos
  • Dificultad para respirar
  • Sensación de ahogo
  • Nauseas o malestar de estómago
  • Presión en el pecho
  • Mareos
  • Escalofríos
  • Miedo a “volverse loco”
  • Miedo a morirse

Los ataques de pánico pueden aparecer desde un momento de calma, se pueden dar incluso cuando se está dormido, o se pueden desarrollar desde un estado de ansiedad. Existen 2 tipos de ataques de pánico; los esperados, cuando existe algún desencadenante que puede explicar el ataque y los inesperados cuando no existe una causa conocida que pueda explicar el ataque de pánico. En lo relacionado con la frecuencia, no existe un patrón definido. Hay personas que pueden sufrir un ataque de pánico al día, otras una vez a la semana, una vez cada dos meses etc…

¿Qué puede desencadenar un ataque de pánico?

Como hemos comentado anteriormente, no está definida con claridad las causas que pueden provocar que una persona sufra un ataque de pánico, sin embargo, si existen ciertos factores de riesgo que pueden favorecer su aparición. Algunos de estos factores son:

cómo actuar ante un ataque de pánicoGenéticos. Existe mayor probabilidad de padecer ataques de pánico si tienes familiares que han padecido trastornos depresivos, trastornos bipolares o trastornos de ansiedad.

Sufrir un trastorno mental: Padecer trastornos de ansiedad, depresión, TOC etc..

Afecciones médicas: Padecer alguna enfermedad como problemas cardiacos o respiratorios.

Personalidad: Las personas que tienden a mostrarse más negativas o que muestran una mayor sensibilidad a los síntomas de ansiedad, tienen más probabilidad de sufrir un ataque.

Síndrome de abstinencia. En el curso del síndrome de abstinencia aumenta la frecuencia de experimentar un ataque de pánico.

¿Cómo afrontar un ataque de pánico?

Un ataque de pánico es una experiencia realmente espantosa y angustiosa, ya que, al ser por lo general, la sintomatología tan intensa, es muy frecuente que la persona que sufre el ataque  piense que se está muriendo. Este pensamiento genera un gran malestar, ante la idea de experimentar un nuevo ataque. Por esta razón, es importante seguir los consejos que os mostramos a continuación, para intentar controlar la ansiedad en esos momentos:

  1. Lo primero es reconocer los síntomas y las sensaciones que se están sintiendo, sin dejarse llevar por pensamientos catastrofistas. Recordando que, aunque el momento es angustioso, se pasara pronto y aunque las sensaciones son desagradables, no son peligrosas.
  2. Por norma general, en el transcurso de un ataque de pánico, la respiración se vuelve más rápida por lo que, como resultado se produce una hiperventilación, que conlleva un exceso de dióxido de carbono, y por tanto una sensación de ahogo. Centrarse en la respiración, intentando inspirar lentamente por la nariz, retener unos segundos el aire, para posteriormente exhalar por la boca de una forma lenta y constante, te ayudará a controlar la ansiedad. También puede ayudarte, respirar en una bolsa de papel.
  3. Algo muy común en los ataques de pánico, son los pensamientos intrusivos, negativos e irracionales. Intentar controlar la forma de pensar y no dejarse llevar por ellos, puede ayudarte a controlar la ansiedad. Una forma de hacerlo, es usar la técnica de las autoinstrucciones, que consiste en repetirse mensajes más positivos y adaptativos que distraigan la mente. Algunos de estos pensamientos pueden ser: “solo durara unos minutos”, “me encuentro bien”, “lo que siento es normal” etc…
  4. Otra técnica que puede ser muy útil son las distracciones. Usar algo que distraiga la atención de lo que se está sintiendo y/o pensando en ese momento. Desde contar de 3 en 3, repetirse el abecedario al revés, describir un objeto etc.… puede ayudarte a controlar la ansiedad.
  5. Por último, las visualizaciones también pueden ser muy efectivas. Intentar visualizar un paisaje que te genere recuerdos positivos, recordar sus sonidos, olores etc.… puede servir como técnica de distracción y reducir la ansiedad.

Como ya hemos comentado anteriormente, los ataques de pánico no son peligrosos, pero si causan una gran angustia y malestar. Si sufres ataques de pánico y no eres capaz de gestionarlo por ti mismo, te recomiendo que consultes con un especialista.

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