Como psicóloga me he encontrado con muchos pacientes que conviven con un gran malestar que les atormenta diariamente, que les dificulta tomar decisiones, asumir retos etc.… en definitiva, que les impide disfrutar plenamente de sus vidas. Estoy hablando del sentimiento de culpa. En el artículo de este mes, te damos algunos consejos para que aprendas a cómo gestionar el sentimiento de culpa.
¿Qué es el sentimiento de culpa?
La culpa es ante todo una emoción. Una emoción compleja y autorreflexiva, ya que surge de nuestro propio juicio moral. Así, podemos sentirnos culpable por algo que hemos o no hemos hecho, pensado o dicho.
Como todas las emociones, tiene un papel adaptativo y funcional. Ya que nos puede ayudar a identificar errores que hemos cometido y repararlos, ayudándonos a crecer. Sin embargo, cuando el sentimiento de culpa es constante y provoca que nos sintamos culpables de absolutamente todo, e incluso de hechos con los que ni estamos relacionados, la culpa se vuelve disfuncional.
En estos casos, la culpa ya no sirve para solucionar el problema, solo para agravarlo ya que va acompañado de emociones displacenteras como pueden ser la tristeza, angustia, frustración etc… Y de pensamientos reiterativos e improductivos.
¿Por qué se produce el sentimiento de culpa constante?
- Condicionamientos en la infancia: Ante un mismo suceso, no todas las personas tienen porque mostrar culpa. Esto se debe, a que el sentimiento de culpa se relaciona con las normas y valores que adquirimos en la infancia y por tanto de los límites que establece cada uno.
- Pensar que lo merecemos. Parece que existe cierta relación entre las personas que tienen baja autoestima y el sentimiento de culpa constante.
- Interpretaciones irracionales: El sentimiento de culpa también se relaciona con las distorsiones cognitivas, es decir, malinterpretaciones que hacemos de la realidad generando múltiples consecuencias negativas. Por ejemplo; si tengo la creencia de que debo caerle bien a todo el mundo, me sentiré culpable si esto no ocurre. Por lo que se trata de intentar que estas creencias se ajusten más a la realidad.
Como consecuencia las personas que sufren de un sentimiento de culpa constante suelen mostrar ciertos rasgos de personalidad como son: inseguridad, baja autoestima, cualquier crítica les afecta, suelen mostrar un estado de ánimo depresivo, se disculpan constantemente, suelen mostrar un estilo de comportamiento pasivo, presentan sentimientos de inferioridad y pensamientos negativos recurrentes. Por todo esto, es frecuente que tengan dificultades en su desarrollo personal, social y laboral.
Consejos para afrontar el sentimiento de culpa
- Identifica y describe la conducta que te produce el sentimiento de culpa con objetividad.
- Culpabilidad vs Responsabilidad. El sentimiento de culpa en la mayoría de las ocasiones bloquea y paraliza, sin embargo, la responsabilidad sirve para reparar el daño. Así que, en lugar de sentirte culpable, asume tu parte de responsabilidad en lo ocurrido, teniendo en cuenta todas las variables, es decir, los factores internos y factores externos implicados en el suceso.
- Expresa lo que sientes. Por mucho que intentes reprimir lo que sientes, estas emociones no desaparecerán, al contrario, probablemente se intensificaran y afectaran a tu bienestar emocional. Te recomiendo que expreses tus sentimientos a la otra persona y muestra tu arrepentimiento por lo sucedido, pidiendo perdón.
- Acepta tus errores y perdónate. Todos cometemos errores, la cuestión es aprender de ellos y no volver a cometerlos. Si crees que has cometido un error intenta reparar el daño. Si no puedes, acéptalo, continúa hacia delante y perdónate a ti mismo, teniendo la seguridad de que has aprendido de ello y no volverás a cometer el mismo error.
En la mayoría de las ocasiones somos capaces de gestionar el sentimiento de culpa. Pero cuando este sentimiento se vuelve constante, acaba por afectar a tu vida diaria y a tu bienestar emocional. Si te encuentras en esta situación solicita ayuda especializada.
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