Los trastornos de la conducta alimentaria son cada vez más frecuentes. Según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, SEMG, en España 9 de cada 10 casos se dan en mujeres, siendo su prevalencia de 4,1 a 6,4 por ciento en mujeres entre 12 y 21 años, y de 0,3 por ciento para los hombres. Además, con frecuencia, este trastorno pasa desapercibido en sus inicios, por lo que se hace imprescindible recurrir a ciertas señales indicadas por los expertos, que nos garanticen como saber si una persona tiene trastorno de la conducta alimentaria.

En este artículo explicaremos en que consiste este trastorno, cuales son las causas principales de su origen, tipos principales de trastornos de la conducta alimentaria y cuáles son los síntomas o señales de alarma para poder discernir si una persona lo presenta o no.

¿Qué son los trastornos de la conducta alimentaria?

Se consideran trastornos psicológicos graves que conllevan alteraciones de la conducta alimentaria. La persona afectada muestra una fuerte preocupación en relación al peso, la imagen corporal y la alimentación, entre otros. Debido a estas alteraciones alimentarias, se pueden desencadenar enfermedades físicas importantes y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte (siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición).

Causas de los trastornos de la conducta alimentaria

Se desconoce la causa exacta de los trastornos de la alimentación. Al igual que con otros trastornos mentales, puede haber muchas causas, por ejemplo, las siguientes:

    • Genética. Si una persona tiene antecedentes familiares de un trastorno de la alimentación, existe una alta probabilidad de que dicha persona también desarrolle un trastorno similar.
    • Biología. Existen varias causas físicas que pueden contribuir al desarrollo de un trastorno de la alimentación. Las investigaciones han concluido que cuando el hipotálamo de una persona no funciona correctamente, es posible que aparezcan ciertos trastornos de la alimentación, tales como la sobrealimentación compulsiva.
  • Salud psicológica y emocional. Las personas con trastornos de la alimentación pueden tener problemas psicológicos y emocionales que contribuyen al trastorno. Pueden tener autoestima baja, perfeccionismo, comportamientos impulsivos y relaciones problemáticas.

Tipos más frecuentes de trastornos de conducta alimentaria

Los tipos más frecuentes de trastornos de la conducta alimentaria son los siguientes:

  • Anorexia nerviosa: Las personas con anorexia nerviosa son muy estrictas sobre qué comer y en qué cantidad. Piensan en los alimentos o calorías casi todo el tiempo. Para perder peso, muchas personas con anorexia nerviosa ayunan o hacen demasiado ejercicio y otras pueden usar laxantes, diuréticos o enemas.
  • Bulimia nerviosa: Las personas con bulimia nerviosa comen demasiado y sienten que pierden el control y no pueden dejar de comer Sumado a esto, realizan ciertos actos para compensar el exceso de comida, como purgarse o vomitar a propósito después de comer en exceso, usar laxantes, diuréticos, pastillas para bajar de peso, ayunar o hacer demasiado ejercicio para evitar el aumento de peso.
  • Trastorno por atracón:  A diferencia de la gente con bulimia nerviosa, las personas con trastorno por atracón no vomitan de forma voluntaria, no usan laxantes ni hacen ejercicio físico para compensar sus atracones. Si una persona se da un atracón por lo menos una vez a la semana durante tres meses seguidos presenta trastorno por atracón.
  • Trastorno por evitación/restricción de la ingesta: Las personas con este trastorno no comen porque les disgusta el olor, el sabor, la textura o el color de la comida. Pueden tener miedo a vomitar y/o atragantarse con un alimento y sufrir asfixia por aspiración. 

Señales de alarma para detectar un trastorno de la conducta alimentaria

Existen diferentes señales que pueden hacer saltar las alarmas y que indican la presencia de un trastorno de la conducta alimentaria. Estas señales o síntomas se clasifican en los siguientes apartados:

  • Problemas de salud. La dieta no solo afecta el peso corporal, sino también al metabolismo y al sistema endocrino. Cuando tienes malos hábitos alimenticios se puede empezar a padecer dolor de cabeza, problemas para dormir, problemas de concentración, fatiga y cansancio. En los casos más extremos, si se padece anorexia o un trastorno de restricción alimentaria, se puede sufrir bradicardia, hipotensión, anemia y déficit nutricional.
  • Cambios en la personalidad. Los trastornos de la conducta alimentaria afectan al comportamiento y a la forma de relacionarse consigo mismo/a. En la base de estos problemas se encuentra una percepción distorsionada de la imagen corporal, que viene acompañada por sentimientos de culpa y vergüenza.
  • Variaciones en el estado de ánimo. Los componentes de los alimentos también intervienen en la producción de hormonas y neurotransmisores, por lo que una dieta desequilibrada puede hacer que uno esté más irritable o sea más propenso o propensa a padecer depresión.
  • Dificultades en las relaciones interpersonales. Al comenzar a evitar las situaciones sociales relacionadas con la comida, se puede terminar condenado/a al aislamiento y la soledad.

Los trastornos de conducta alimentaria son trastornos graves, pero se pueden tratar eficazmente con la intervención de médicos y psicólogos especializados. Un diagnóstico temprano asegura un tratamiento precoz y, por tanto, un mejor pronóstico.

Si al leer este artículo te has sentido identificado/a con algunas de las señales de alarma mencionadas, o si has observado alguno de estos síntomas en alguien de tu entorno más cercano y quieres ayudarle, no dudes en recurrir a manos expertas para poner solución al problema cuanto antes.

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