Seguramente, habrás oído hablar del síndrome del impostor en alguna ocasión. Este término psicológico es conocido también como “fenómeno del impostor” o “síndrome de fraude” y es un síndrome que muchos famosos han presentado en alguna ocasión a lo largo de sus carreras profesionales. Famosos como Lady Gaga, Dani Martín, Michelle Obama y Natalie Portman han sufrido este devastador síndrome.

¿Qué es el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico por el que la persona es incapaz de reconocer su valía y sus propios logros, a pesar de que la realidad es otra bien distinta, ya que se trata de individuos hábiles, de alto rendimiento y con éxito en aquello que desempeñan. Ciertamente, es sentirte como un impostor cuando realmente no lo eres. Esto conlleva un miedo permanente a ser descubierto como un mentiroso.

No es un trastorno psicológico como tal, pero sí una característica de personalidad que puede llegar a producir ansiedad y/o depresión. Según las estadísticas el 70% de la población en algún momento experimenta esta condición al menos una vez en la vida, y la población con más riesgo de sufrirlo, debido a los estereotipos de género, son las mujeres jóvenes que han conseguido elevados logros y éxitos profesionales.

Este síndrome puede observarse en cualquier área: laboral, académica, familiar, social e interpersonal. Por lo tanto, una persona puede tener una vida exitosa en una o varias áreas de su vida y pensar constantemente que nunca es lo suficientemente válido.

¿Cuáles son las causas del síndrome del impostor?

Este síndrome puede deberse a varios factores:

  • Dinámicas familiares disfuncionales en la infancia: como exigir más de la cuenta por parte de los progenitores o hacer comparaciones con otros miembros de la familia.
  • Nivel de autoexigencia alto: cuando alguien tiene unas expectativas excesivamente altas sobre sí mismo y nunca llega a alcanzarlas, esto le genera altos niveles de ansiedad y gran frustración.
  • Percepción distorsionada del éxito, el fracaso y la competencia: estas personas suelen atribuir sus éxitos a factores externos como la suerte y los fracasos a factores internos como su propia valía.
  • Inseguridad por anteriores experiencias vividas.
  • Pérdida de confianza en uno mismo.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome del impostor?

Las principales características que se manifiestan en el síndrome del impostor son las siguientes:

  • Creen que no son merecedores de sus logros y se cuestionan sobre su consecución.
  • Insatisfacción constante.
  • Falta de confianza hacia sus propias capacidades.
  • Miedo permanente a ser descubierto como un fraude.
  • Desmotivación por falta de confianza en sí mismo.
  • Expectativas de fracaso ante cualquier situación.
  • Sentimientos de tristeza y desesperanza.
  • Ansiedad y depresión.

¿Cuáles son los cinco tipos del síndrome del impostor?

  • El perfeccionista: aquellos que se plantean metas demasiado rigurosas y siempre piensan que lo podrían haber hecho mejor, aunque triunfen. Son los que se dicen a si mismos: – ¡Todo me tiene que salir bien!
  • El superhéroe o superheroína: para cubrir sus inseguridades, estas personas creen que necesitan esforzarse cada vez más y más que el resto, lo que puede acabar perjudicando su salud mental y su relación con los demás. Son los que expresan a menudo: – ¡No te preocupes, ya lo hago yo por ti!
  • El genio frustrado: son quienes creen que todo debe salirles a la primera o de forma fácil, y se frustran cuando no es así. Con frecuencia suelen decirse: ¡Debería saber hacer cualquier cosa!
  • El solitario: eligen hacerlo todo por su cuenta y sin pedir ayuda, por miedo a que se evidencien sus supuestas incapacidades. Su frase favorita es: – Si pido ayuda, descubrirán que no sirvo para nada.
  • El experto: piensan que nunca saben lo suficiente, a pesar de que ya son expertos y dudan en aplicar lo que saben por temor al fracaso. Lo que suelen decir este tipo de personas es: – ¡Debería saberlo todo!

¿Qué hacer si padeces el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor desencadena en varias consecuencias que deberían ser tratadas en terapia psicológica. Esté síndrome puede generar síntomas de ansiedad y depresión, insatisfacción, falta de motivación en la consecución de objetivos, baja autoestima, miedo al fracaso y procrastinación.

En cualquier caso, se trata de buscar el origen que ha desencadenado una creencia irracional que no responde a ninguna evidencia concreta y posteriormente, abordarlo terapéuticamente para que la persona mejore su autoestima, y aprenda a ser más realista y a confiar en sus capacidades.

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